| ¿Qué es el estrés postraumático?El estrés  post-traumático es un trastorno discapacitante que puede desarrollarse después  de un acontecimiento traumático. A menudo, las personas que lo han sufrido  tienen pensamientos y recuerdos persistentes de miedo sobre lo que les  aconteció y pueden sentirse emocionalmente bloqueados, especialmente aquellos  que fueron testigos de un acontecimiento de estas proporciones. Los veterano de  guerra fueron los primeros en llamar la atención, aunque puede ser el resultado  de muchos otros incidentes como son: atracos, violación o tortura; secuestro o  captividad; abusos en la niñez, accidentes graves como choques de tren o coche;  desastres naturales como riadas o terremotos. El acontecimiento que  dispara  el trastorno puede ser algo  ocurrido en la vida de la persona o algo ocurrido a una persona cercana a él o  ella. O quizá el simple hecho de ser testigo, como la muerte y destrucción  masiva después de haber presenciado el derrumbe de un edificio o de un  accidente aéreo. “Sufrí  una violación cuando tenía 5 años. Durante mucho tiempo hablé del hecho como si  le hubiese sucedido a otra persona. Era consciente de que me había sucedido a  mí pero no experimentaba ningún sentimiento.Más  tarde empecé a tener instantáneas que venían a mí como oleadas. Estaba  aterrorizada. De repente reviví la violación. Cada instante era sobrecogedor.  No era consciente de lo que había a mi alrededor, estaba como en una burbuja,  como si estuviese flotando. Estaba asustada. Tener una imagen  retrospectiva de ese tipo puede dejarte  totalmente acongojada.La  violación tuvo lugar una semana antes de una festividad destacada del mes de  noviembre. Y no puedo creer la ansiedad y el miedo que siento cada año cuando  llega dicha festividad. Es como si hubiese visto a un hombre lobo. No me puedo  relajar, no puedo dormir, no quiero estar con nadie. Me pregunto si alguna vez  me sentiré libre de este terrible problema.”Sea cual sea el origen  del problema, algunas personas con este problema suelen repetir el trauma en  forma de pesadillas o recuerdos perturbadores durante el día.  Pueden experimentar otros problemas de sueño,  sentirse aislados, entumecidos o sobresaltados. Pueden perder interés por las  cosas que antes solían disfrutar, y tener problemas en mostrar su afectividad.  Pueden sentirse irritables, más agresivos que antes o incluso violentos. Todo  lo que pueda recordarles el trauma puede ser altamente angustioso, lo que les  llevaría a evitar ciertos lugares o situaciones que traen a la memoria esos  recuerdos. Las fechas cercanas o coincidentes con el acontecimiento  traumático  suelen ser muy difíciles.El trastorno afecta a  alrededor de 5.2 millones de adultos americanos y es más común entre las  mujeres que en los hombres. Suele aparecer en cualquier edad, incluso en la  niñez y existe la evidencia de que la susceptibilidad a un estrés  post-traumático suele ser genético. El trastorno a menudo se acompaña por  depresión, abuso de substancias o uno o más trastornos de ansiedad. En los  casos más graves, la persona puede desarrollar problemas en el trabajo o en las  relaciones sociales. En general, los síntomas parecen agravarse si el  acontecimiento que lo dispara  fue  deliberadamente  iniciado por una persona  –como una violación o un secuestro.
 Los acontecimientos más  comunes pueden servir como recuerdos del trauma y provocar instantáneas o  imágenes intrusivas. Una persona que esté experimentando este tipo de instantáneas  que se pueden presentar en forma de imágenes, sonidos, olores o sentimientos  puede llegar a perder el sentido de la realidad y creer que el acontecimiento  traumático está teniendo lugar una y otra vez.
 No todas las personas  traumatizadas tienen estos síntomas o desarrollan estrés-postraumático. El  trastorno se diagnostica sólo si los síntomas duran más de un mes. En los que  sí lo hacen, los síntomas empiezan, por lo general, dentro de los tres meses  del trauma, y el curso de la enfermedad varía. Algunas personas se recuperan en  seis meses; los síntomas duran a otras mucho más. En algunos casos, el  trastorno puede llegar a ser crónico. En ocasiones, la enfermedad no aparece  hasta después de transcurridos unos años del acontecimiento.
 Se puede ayudar a las  personas que padecen este trastorno con una terapia adecuada.
 
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 CRITERIOS DEL DSM-IV PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO 
 A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han  existido 1 y 2:
 1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)  acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física  o la de los demás
 2. la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror  intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en  comportamientos desestructurados o agitados
 
 B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de  una (o más) de las siguientes formas:
 1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y  en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los  niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas  o aspectos característicos del trauma
 2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen  malestar. Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido  irreconocible
 3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático  está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia,  ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que  aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden  reescenificar el acontecimiento traumático específico
 4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos  que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
 5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que  simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
 
 C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la  reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como  indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
 1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el  suceso traumático
 2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos  del trauma
 3. incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
 4. reducción acusada del interés o la participación en actividades  significativas
 5. sensación de desapego o enajenación frente a los demás
 6. restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos  de amor)
 7. sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse,  formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal)
 
 D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes  del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
 1. dificultades para conciliar o mantener el sueño
 2. irritabilidad o ataques de ira
 3. dificultades para concentrarse
 4. hipervigilancia
 5. respuestas exageradas de sobresalto
 
 E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de  1 mes.
 
 F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro  social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
 
 Especificar si:
 -Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses
 -Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más.
 
 Especificar si:
 -De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los  síntomas han pasado como mínimo 6 meses.
 
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 CRITERIOS DEL CIE-10  PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRATORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
   Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento  estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente  amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en  casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el  hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de  alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro  crimen).
 Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o  antecedentes de enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores  predisponentes y hacer que descienda el umbral para la aparición del síndrome o  para agravar su curso, pero estos factores no son necesarios ni suficientes  para explicar la aparición del mismo.
 
 Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son:  episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias  o sueños que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de  "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás,  de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de  actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso  evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma.
 
 En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo,  pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino  recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o  ambos a la vez.
 
 Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia,  un incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se  acompañan de ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El  consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor  agravante.
 El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía  desde unas pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses). El  curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los  casos. En una pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener  durante muchos años un curso crónico y evolución hacia una transformación  persistente de la personalidad.
 
 Pautas para el diagnóstico
 
 Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente  claro que ha aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho  traumático de excepcional intensidad. Un diagnostico "probable"  podría aún ser posible si el lapso entre el hecho y el comienzo de los síntomas  es mayor de seis meses, con tal de que las manifestaciones clínicas sean  típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo (por ejemplo,  trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o episodio depresivo).  Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del  acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de  ensueños reiterados. También suelen estar presentes, pero no son esenciales  para el diagnóstico, desapego emocional claro, con embotamiento afectivo y la  evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma. Los  síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento  anormal contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital  para el mismo.
 
 Incluye:
 -Neurosis traumática.
 
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 * Nota: La información facilitada en este  portal es sólo de carácter orientativo. Recuerde que únicamente el profesional  de la salud está capacitado para efectuar un diagnóstico. Fuentes:NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental)
 DSM- IV (Asociación Americana  de Psiquiatría)
 CIE -10 (Organización Mundial  de la Salud)
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