Trastorno de  ansiedad generalizada 
          
              1 ¿Qué  es el TAG?
              2 Criterio  diagnóstico DSM
              3 Criterio  diagnóstico CIE
              1 ¿Qué es el TAG?
                
  El  trastorno de ansiedad generalizada es mucho más que la ansiedad normal que se suele experimentar con el día a día. Es crónico y llena el día de una  persona con exagerada preocupación y tensión, incluso sin haber nada que lo  provoque. El tener este trastorno significa anticipar siempre un desastre,  preocuparse excesivamente a menudo por cuestiones de salud, dinero, familia o  trabajo. Algunas veces, sin embargo, el origen es difícil de definir. El simple  pensamiento de afrontar un nuevo día provoca ansiedad.
“Siempre pensé  que simplemente me preocupaba por todo; en todo momento estaba a punto de  saltar y era incapaz de relajarme. En ocasiones iba y venía y, en otras, era  constante. Podía durar durante días Me preocupaba por cómo me las iba a  arreglar para preparar una cena de celebración o cuál sería el regalo adecuado  para todos. No podía dejar escapar nada en absoluto.
“Tenía problemas  de sueño. Había veces en que me despertaba de golpe en medio de la noche; tenía  problemas en concentrarme incluso leyendo el periódico o una novela. En  ocasiones, me sentía un poco mareada y el corazón se me aceleraba o latía con  fuerza, lo cual me hacía sentir todavía más preocupada. Siempre estaba  imaginando que las cosas eran peor de lo que eran en realidad: cuando me dolía  el estómago, estaba segura de tener una úlcera.
“ Cuando llegué  a un punto insostenible, falté a mi trabajo lo que me hizo sentir todavía peor,  porque pensaba que lo perdería. Mi vida se convirtió en un tormento hasta que,  por fin, busqué ayuda y conseguí un tratamiento adecuado.
Parece que este  trastorno no produce excesiva discapacidad a las personas que lo sufren, aunque  si se dan cuenta de que su ansiedad es más intensa de lo que la situación en  cada caso requiere. Sus preocupaciones se ven acompañadas de síntomas físicos,  especialmente fatiga, dolores de cabeza, tensión muscular, dolor muscular,  dificultad en la deglución, temblores, contracciones, irritabilidad, sudoración  y acaloramientos. También pueden experimentar mareos, falta de aire, nauseas o  tener que ir con frecuencia al lavabo.
Algunas personas  pueden sentir una incapacidad para relajarse y asustarse más fácilmente que  otras personas. Tienden a experimentar más dificultad en la concentración y, a  menudo, tienen problemas para conciliar o sostener el sueño.
Contrariamente a  las personas con trastornos de ansiedad diversos, los afectados por este  trastorno no evitan ciertas situaciones como resultado de su problema. Cuando  los problemas asociados con el trastorno son menores, las personas pueden  funcionar con normalidad tanto en sus relaciones sociales como en el trabajo.  Si el problema es severo, puede ser discapacitante y crear dificultades en  llevar a cabo incluso las actividades diarias más comunes.
El trastorno  afecta a alrededor de 4 millones de adultos norteamericanos y lo padecen por lo  general el doble de mujeres que hombres. El trastorno se presenta gradualmente  y puede empezar en cualquier momento del ciclo de la vida, aunque el riesgo es  más alto entre la niñez y la mediana edad. Se diagnostica cuando alguien pasa  al menos 6 meses preocupándose excesivamente por un número de problemas  cotidianos. Hay evidencia de que el factor genético juega un papel modesto en  el trastorno.
El trastorno de  ansiedad generalizada puede estar  acompañado  de otro trastorno de ansiedad, depresión o abuso de substancias; éstos deben  tratarse juntamente con el trastorno.
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  2 Criterios para el diagnóstico de F41.1  Trastorno de ansiedad generalizada (300.02) 
  
  A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva)  sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento  laboral o escolar), que se prolongan más de 6 meses.
  B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de  constante preocupación.
  C. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de  los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de 6  meses). 
  Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos síntomas:
  1. inquietud o impaciencia
  2. fatigabilidad fácil
  3. dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
  4. irritabilidad
  5. tensión muscular
  6. alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el  sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)
  D. El centro de la ansiedad y de la preocupación no se  limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación  no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como  en el trastorno de angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social),  contraer una enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos  de casa o de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por  separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples  síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una  enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no  aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés  postraumático.
  E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos  provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de  otras áreas importantes de la actividad del individuo.
  F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos  de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej.,  hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno  del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del  desarrollo.
              
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          3 F41.1  Trastorno de ansiedad generalizada 
            
              La característica  esencial de este trastorno es una ansiedad generalizada y persistente, que no  está limitada y ni siquiera predomina en ninguna circunstancia ambiental en  particular (es decir, se trata de una "angustia libre flotante").  Como en el caso de otros trastornos de ansiedad los síntomas predominantes son  muy variables, pero lo más frecuente son quejas de sentirse constantemente  nervioso, con temblores, tensión muscular, sudo-ración, mareos, palpitaciones,  vértigos y molestias epigástricas. A menudo se ponen de manifiesto temores a  que uno mismo o Un familiar vaya a caer enfermo o a tener un accidente, junto  con otras preocupaciones y presentimientos muy diversos. Este trastorno es más  frecuente en mujeres y está a menudo relacionado con estrés ambiental crónico.  Su curso es variable, pero tiende á ser fluctuante y crónico.
              Pautas para el  diagnóstico 
              El afectado debe  tener síntomas de ansiedad la mayor parte de los días durante al menos varias  semanas seguidas. Entre ellos deben estar presentes rasgos de:
              a) Aprensión (preocupaciones acerca de calamidades venideras, sentirse "al  límite", dificultades de concentración, etc.).
              b) Tensión muscular (agitación e inquietud psicomotrices, cefaleas de  tensión, temblores, incapacidad de relajarse).
              c) Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardia o  taquipnea, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca, etc.).
              En los niños suelen  ser llamativas la necesidad constante de seguridad y las quejas somáticas  recurrentes.
              La presencia transitoria (durante pocos días seguidos) de otros síntomas, en  particular de depresión, no descarta un diagnóstico principal de trastorno de  ansiedad generalizada, pero no deben satisfacerse las pautas de episodio  depresivo (F32.-), trastorno de ansiedad fóbica (F40.-), trastorno de pánico  (F41.0) o trastorno obsesivo-compulsivo (F42.-).
            Incluye:
            Estado de ansiedad.
            Neurosis de ansiedad. Reacción de ansiedad.
            Excluye: Neurastenia  (F48.0).
            * Nota: La información  facilitada en este portal es sólo de carácter orientativo. Recuerde que  únicamente el profesional de la salud está capacitado para efectuar un  diagnóstico.
            
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          Fuentes:
            NIMH  (Instituto Nacional de la Salud Mental)
            DSM- IV  (Asociación Americana de Psiquiatría)
            CIE -10  (Organización Mundial de la Salud)